Si no quieres que te escuchen gemir...
domingo, 22 de abril de 2007
Introducción (sí, gracias)
Mi vida está ligada al sexo desde que nací. Me gusta pensar que hoy respiro gracias a un orgasmo acontecido hace 26 años...
Fui una niña curiosa en todos los aspectos. Me encantaba espiar a mis vecinos por la ventana de mi dormitorio (desde la cual sigo haciéndolo, por motivos evolucionados), hojear los libros que mi madre trataba de esconder en las últimas y más elevadas estanterías del salón (la Pasión Turca despertó algo en mi interior y me ayudó a descubrir mi cuerpo, a conocerme y aprender de qué manera las caricias se convertían en puro placer) y sobre todo adoraba todo lo relacionado con el sexo, tan prohibido y tabú para las jovencitas bien educadas de entonces.

Supongo que con el paso de los años y con tanta represión que rodeaba mi mundo cotidiano... de alguna forma tenía que explotar. Y exploté en todos los sentidos posibles en los que puede explotar una mujercita recién estrenada: mentalmente, físicamente, sentimentalmente y de forma sexual e instintiva. El instinto, los impulsos fueron los que me hicieron deshacerme de cadenas y miedos y experimentar...
Primero fue de forma tímida y cautelosa, con mis primeros novios formales. Polvos estándar repletos de caricias y "amor", de romanticismo y cuidado, de frases que se quedan sin pronunciar por vergüenza. Noches en las que a pesar de disfrutar en cierto modo yo terminaba jadeante e insatisfecha, con la sensación de haber estado representando un rol que no me va.


Entonces empecé a ser mala. Me harté del papel de jovencita bien educada que tan aburrida hacía mi existencia y empecé a saltarme clases en la universidad para irme de caza. Me sentaba en la cafetería frecuentada principalmente por chicos y les observaba, me mezclaba entre ellos y aprendía. Esa curiosidad que me caracteriza hace que siempre tenga los ojos (entre otras cosas) bien abiertos y alerta para asimilar información, y aquellos años universitarios me sirvieron sobre todo para conocer al sexo contrario. Para saber qué les provoca placer a los hombres, qué les excita, qué buscan en su pareja o en la mujer que les observa en una cafetería. Comencé a sacarle partido a mis caderas, a moverlas sensualmente en los bares de copas. A mis escotes imposibles, a mi melena. A las caricias furtivas, a los besos lentos y mojados. Empecé a jugar y a descubrir el morbo de la seducción, a sentirme poderosa y a disfrutar de verdad. Me ponía cachondísima en los ascensores, arrimándome más de la cuenta a desconocidos que, quizá por pudor o quizá por diversión, jamás se quejaron cuando mi culo les rozaba la entrepierna.
Comencé a engordar mi lista de amantes sin compromiso, parejas de una noche con las que seguí aprendiendo y liberándome. Descubrí que no es malo quererse a una misma, buscar el placer propio y no sólo entregarse a la otra persona.

Internet ayudaba bastante en mi transformación, puesto que es fácil conocer gente en los chats y dar a la otra persona tan sólo la información que tú desees dar. De esta forma dejé de ser la que antes era yo y pude empezar a ser sólo Seda. La Seda sexual, la Seda femenina y ardiente que follaba en baños de discotecas y que masturbaba a los hombres usando su pie desnudo por debajo de la mesa de los restaurantes. La Seda que dejaba (de forma fingidamente despistada) las persianas de su dormitorio subidas para que su vecino pudiese espiarla mientras ella se cambiaba, y que terminaba acariciándose y gimiendo frente a él. Una mujer completamente distinta que ya se conocía y sabía lo que quiere.

Hasta hoy. Podrías pensar, tú que me lees, que ya debería estar cansada del sexo. Que con este pasado no debe quedarme nada por hacer, por conocer, por experimentar...
Pero no es así. Creo que ésto es como un círculo vicioso (nunca mejor dicho), una espiral que no termina de girar jamás y de la que no se puede salir. Es como una sed que no consigo saciar, sed de algo que aún no he podido adivinar y que me arde por dentro.

Y es que aún no he podido encontrar pareja sexual que realmente me satisfaga. Adoro el sexo, y he tenido experiencias con adolescentes tímidos, con chicas atrevidas, con hombres maduros y con niñatos de treinta años, con hombres tranquilos y obedientes y con mujeres hermosas siempre complacientes. Pero aún no ha habido nadie que supiese entender mis súplicas e insinuaciones: "hazme sentirme como una perra, quiero que seas malo conmigo esta noche","sométeme; no me permitas negarme a lo que tanto deseo".
Quiero poder ser yo misma de verdad, terminar de abrir ese candado que aún tengo cerrando algún rinconcito de mis deseos. Me gustaría encontrar a alguien con quien poder entregarme sin miedo, alguien que sepa despertar mi instinto más sexual de la forma más dulce. Alguien que sacie esta sed...


Quizá cuando conozca a ese alguien mis fantasías más ocultas puedan hacerse realidad. Mientras tanto, hasta que lo encuentre, este blog será testigo de lo que mi imaginación es capaz de hacer. Os hablaré de Seda, de esa parte viciosa y húmeda de mí mísma que no puede dejar de sentir, suspirar, morder, besar, lamer, gemir, inventar, probar, jugar, susurrar. De esa Seda que cada noche tiene que morder la almohada para no hacer ruido mientras sus manos recorren cada rincón de su piel y su mente trabaja e imagina.

Tal y como Sade ha dicho, este blog va de sexo. No podría tener mejor compañero para este peculiar proyecto, puesto que somos muy parecidos y porque, (qué demonios) el placer es importante en nuestras vidas. Junto con él intentaré convertir este frío paraje virtual en nuestro particular rinconcito húmedo y cálido, y espero de corazón que aquí os sintáis como en vuestro propio sexo.
Despojaos de prejuicios, que empezamos.
 
Susurrado por Lena at 12:54 | Permalink |


2 Gemidos:


  • At 22 de abril de 2007, 14:56, Blogger .

    Gracias por el piropo Seda, yo tampoco podría haber encontrado compañera mejor para embarcarme en esta aventura. Una mujer segura de sí, de lo que quiere y abierta a todo.
    Tarde o temprano, todos encontramos a quien haga realidad nuestras fantasias. Es cuestión de paciencia.

     
  • At 22 de abril de 2007, 14:59, Blogger .

    Por cierto, lo del restaurante siempre quise probarlo. Te apetece cenar mañana? :D